Las cuentas inactivas son aquellas que han permanecido sin uso durante un período prolongado de tiempo, pero que aún existen en los sistemas.Estas cuentas representan un riesgo significativo para la seguridad de las organizaciones ya que pueden convertirse en objetivos atractivos para los atacantes.
Su inactividad puede hacer que sean menos monitoreadas o actualizadas con las últimas medidas de seguridad por lo que podrían ser objetivos de ataque para la propagación de malware o la realización de actividades maliciosas. Los atacantes podrían tomar el control de estas cuentas no utilizadas para enviar correos electrónicos de phishing, distribuir software malicioso o propagar amenazas dentro de la red de la organización.
Es fundamental que las organizaciones tengan políticas y procedimientos claros para gestionar las cuentas inactivas. Esto incluye la implementación de mecanismos de monitoreo para identificar cuentas inactivas, la eliminación o desactivación oportuna de estas cuentas y el seguimiento regular de las actividades de las cuentas en uso para detectar posibles compromisos.
Por último,la concientización y educación de los usuarios también son aspectos clave en la gestión de las cuentas inactivas. Los empleados deben comprender la importancia de informar sobre cuentas no utilizadas y comprender los riesgos asociados con dejar cuentas inactivas sin desactivar.
Fuente: CSO Computerworld