La mayoría de las empresas cuentan con un ERP u otro sistema de gestión empresarial con el que administran todos sus departamentos de manera centralizada, pero solo los Software de Business Intelligence (BI) pueden gestionar
la cantidad de información que generan las operaciones y las tareas diarias de una organización
En líneas generales, estas herramientas son capaces de recoger e intregrar los datos de diversas fuentes para su explotación, y permiten visualizar aquello que es relevante para el negocio. Así, a nivel estratégico, la BI ofrece una visión completa y en tiempo real del desempeño de una empresa para ayudar en la toma de decisiones. El objetivo es calcular los ingresos y los costes (horas invertidas, tipo de tareas…) generados por cada cliente para conocer su rentabilidad y obtener, de forma automática, una visión global de la rentabilidad del despacho. De esta forma, nos basamos en datos y no en suposiciones y podemos reconducir o “dejar ir” a los clientes que no son rentables para centrarnos en los que sí lo son.
En pocas palabras, el BI permite identificar tendencias y patrones relevantes para las compañías, cuyo conocimiento, entre otras cosas, puede servir de base para establecer la línea estratégica del servicio con futuros clientes. Conociendo cual ha sido el índice de rentabilidad (CPS: Customer Profitability Score) respecto a un servicio, se podrá predecir de forma fiable cómo será la rentabilidad en el futuro en un servicio similar.
Fuente: Revista Byte